martes, 28 de septiembre de 2010

León Gieco: “Esta experiencia me hizo mejor persona"

El cantante presentó "Mundo Alas" y en la misma dijo que aprendió que hay algo en la discapacidad que puede ser muy positivo.



Raúl Alberto Antonio Gieco está en Mendoza. El “querido” León vino a presentar su película Mundo Alas, por primera vez en Argentina, en un ambiente universitario, en este caso en dos funciones que se realizaron a sala llena en el cine Universidad. León se encargó de explicar por qué eligió esta ciudad para hacer esta experiencia inédita en el país. “La gente no va a ver mucho cine argentino, y cuando la película se exhibió acá, no fue nadie. Como tuve una experiencia fantástica en New York y Los Ángeles, donde fui con mi guitarra a presentar la película y llenamos todas las funciones, me dije: ‘¿Por qué no hacerlo en mi país?’. 

"Me llegó la invitación de la Universidad de Cuyo y acá estamos, con dos funciones”. El cine de la universidad se convirtió, entonces, en el ámbito donde, a sala colmada, el músico y referente social se colgó esta vez una guitarra prestada y con sus canciones y relatos hizo delirar y emocionarse a todos quienes fueron a verlo, ya no en un recital, sino adhiriendo a su propuesta cinematográfica en la que resignifica y visibiliza a un grupo de personas con discapacidades que, a través de la música, a través del arte, lograron cambiar sus existencias. “El Instituto de Cine debería pagarles a los directores argentinos de cine para que puedan viajar por todo el país para hacerles prensa a sus películas. 

Eso alienta mucho a la gente a asistir al cine”, opinó León. Con 59 años, una figura que lo desmiente, salvo su prominente panza, escondida estratégicamente debajo de sus eternas remeras negras, Gieco sigue a toda marcha con proyectos que lo rejuvenecen. Ya tiene listo su nuevo disco, que constará de 12 canciones, aunque no largó prenda sobre la temática ni el título de la obra. Ante la pregunta sobre cómo logra mantener vigencia y convocatoria un artista de varias generaciones, respondió: “Porque sigo rompiendo las pelotas (se ríe), laburo mucho, no me quedo nunca quieto, siempre estoy haciendo cosas; y porque tengo un don, que es algo muy alentador, escribo canciones que le gustan a la gente”. 

Pero como los periodistas insisten, admite que Mundo Alas no sólo transformó a esos chicos que sacaron de sus carencias, aprendizajes y fortaleza. “Las cosas se me ponen en el camino, no las busco. Hacen 18 años que canto en escenarios con personas discapacitadas. Hasta que después de una presentación en la Casa Rosada, me propusieron hacer una película. Y yo no soy director de cine, pero la hicimos”. De Mundo Alas, el viejo León aprendió muchas cosas. Está muy verborrágico y con ganas de hablar de su ópera prima.

“Aprendí a trabajar más, a tener más voluntad, se me fue la fiaca; cuando me viene el bajón, pienso en los chicos y se pasa inmediatamente. Me hizo mejor persona esta experiencia. Hoy soy más paciente, menos nervioso, me enseñaron también que hay algo en la discapacidad que puede ser muy positivo”. Además, de todo lo que se recauda por la película, que ya ha obtenido 35 premios, un porcentaje significativo es para los chicos y otra parte la destinan a un fondo con el que auspician la Casa Garraham, un lugar destinado a padres de niños que tienen a sus hijos internados en el hospital y que “antes se tenían que quedar en hoteles asquerosos y tenían que comer cualquier basura en la calle; bueno, ahora tienen un lugar hermoso y digno”, se enorgullece. 

 

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